Limpieza de cuarzos y piedras
Cuando llega a tus manos un cristal o una piedra, es muy importante lavarlo y purificarlo para eliminar cualquier tipo de negatividad que pueda tener.
Este procedimiento se puede realizar de diferentes maneras:
– Colocando la piedra bajo un chorro de agua corriente (si es una fuente natural, mejor) y visualizando que la negatividad abandona la piedra.
– Sumergiéndola unas horas en agua y sal marina.
– Llevándola al mar, en una red, y sosteniéndola en la rompiente de las olas.
– Introduciéndola en un recipiente con sal gorda marina y dejándola unas horas.
Todas estas formas son válidas para limpiar y purificar nuestras piedras.
Hay que recordar que no se puede usar la sal con el ámbar, la esmeralda, el lapislázuli, el ópalo, la malaquita y la turquesa. La selenita no puede sumergirse mucho tiempo en agua, puesto que al tratarse de una sal puede llegar a disolverse. En sal sólo sumergir los cuarzos.